La percepción es la realidad…


En los negocios hay una realidad que pesa mucho más que la que podríamos llamar «lo que es» y esta es «lo que los demás perciben«.

Esto afecta especial, aunque no exclusivamente, a la función financiera en lo que tiene que ver con que los inversores y «financiadores» en general continúen creyendo que vale la pena apostar por el proyecto empresarial.

Por bueno y solvente que sea (o haya sido) un negocio, siempre pesarán mucho más las perspectivas y el futuro vislumbrado, que su historia. La historia es el preámbulo nos decía Shakespeare.

Cuando tus financiadores están organizados en un mercado, que puede ser de deuda o de capital, la percepción aún cuenta más. Gestionarla es especialmente difícil, porque hay que saber interpretar el sentimiento generalizado y gestionarlo. El problema del mercado es que sobre reacciona y te hace dar bandazos.

https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/10330652/01/20/Sabadell-se-desploma-un-10-en-bolsa-despues-de-la-presentacion-de-resultados.html

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