¿Ser sabio o inocente?


Pio Baroja.

Pio Baroja.

Muchas veces, las más importantes lecciones sobre cómo actuar en los negocios, las podemos aprender en la vida diaria. Todos preferimos escuchar y oír historias alegres, de éxito, protagonizadas por gente inteligente, lista… Divertida.

En cambio, no es la única vía que tenemos para aprender sobre cómo funciona nuestro entorno. Una de las ideas de las que más utilidad he sacado en mi vida profesional, la planteó Pío Baroja con este pensamiento Sigue leyendo

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No seas profesional, sé valiente


Juan Belmonte en la portada de la revista TIME del 5 de enero de 1925

Juan Belmonte en la portada de la revista TIME del 5 de enero de 1925

Es verdad que el esfuerzo, el sacrificio y la voluntad, entre otros, son valores que ayudan mucho al desarrollo de una empresa. Pero, quería poner de relieve como la inteligencia y el sentido común de algunas personas provocan un grandísimo avance incapaz de conseguirse con todos los valores anteriores.
Hace tiempo, uno de mis profesores de estrategia, muy mayor ya, me contaba que en los años 80 el conjunto del sector textil español, centrado en la provincia de Barcelona era el líder indiscutible. Pero, “…. llegó Amancio Ortega, que no se enteraba de cómo funcionaba el sector -porque estaba desconectado, allí en Galicia – y, en lugar de comprar la maquinaria y usar la consultoría que utilizaban todos, siguió lo que le dictaba el sentido común. Así revolucionó el sector, acabando con la industria catalana.”
Pero hoy no quiero hablar sólo del señor Ortega, quiero rendir un tributo a todos aquellos que hacen las cosas según les dicta su sentido común y, además, tienen Sigue leyendo

Primera regla para los negocios, ejemplo del AVE en España.


Nadie duda de que para que un país prospere, el Estado debe hacer inversiones que le doten de infraestructuras que permitan mejorar las comunicaciones físicas y virtuales. Estas infraestructuras deben aportar mejoras; en tiempo, seguridad, impactar lo menos posible en la naturaleza, etc. Desde el punto de vista meramente económico, es necesario que generen riqueza suficiente para retornar lo que la sociedad he invertido en ellas, para conservarlas y, con el tiempo, reemplazarlas.

Evidentemente este es un criterio general, no todas pueden cumplir con este objetivo, Sigue leyendo